Hortifrutícola Ruta 62

Ubicada en el Segundo tramo de Ruta 62 (Camino a Paso El Sordo) klm. 60, 2a. sección del Departamento de Canelones, a 7 klm. de la ciudad de Santa Lucía, a
14 klm. de la ciudad de Canelones y 60 klm. de Montevideo.

En este predio de 4 has. se desarrolla la producción frutícola de hoja caduca, en un área de 3 has. y cultivos de frutilla e invernaderos dedicados a la producción hortícola (tomates, lechuga, espinaca y otros, en 1 ha.)

Si bien no es una producción orgánica, se maneja con las normas de producción integral y buenas prácticas agrícolas, utilizando todas las herramientas disponibles para un manejo responsable y respetuoso del medio ambiente, con el objetivo siempre de la obtención de un producto fresco, sano e inocuo.

Se trata, como se apreciará, de una pequeña y diversificada producción familiar.

La familia cuenta con décadas en la producción. Los antecesores, tradicionales productores de tabaco, comenzaron en la década del 50 con la instalación de viñedo y lenta, pero en forma continuada, se llegó a cubrir el área de 4 hectáreas.

Los altibajos en la comercialización más el factor climático, quemado por heladas en forma frecuente, fueron desestimulando este rubro.

Más allá de la producción también se participó, junto a veintisiete productores, en la fundación de la cooperativa vitivinícola SALUCAL que, con esfuerzo e inversión, produjo vinos durante más de tres décadas.

En la parte productiva, desde los años 90 se fue reconvirtiendo, de viticultura a fruticultura ,manzanas en variedades Gala, Fuji y Cripps Pink, en ciruelas, Leticia, Santa Rosa, Stanley, Rosa Nativa y Cristal; en peras Abate Fetel y en duraznos, desde el año 2005 trabajando en estrecha relación mediante convenios con el INIA (Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria- Estación Las Brujas) con la implementación de módulos de evaluación de selecciones, al igual que con la Asociación de Viveristas del Uruguay.

En el momento existen 20  diferentes, entre selecciones y variedades.

De todos estos ensayos han resultado algunos muy exitosos como el INIA SANTA LUCÍA, aprobado como variedad en 2021 y MITAI (Asociación de Viveristas) existiendo en período de evaluación 7 selecciones: Nectarinas comunes, chatos y Platerinas (Chato pelón) que son novedad para el mercado uruguayo.

En este sentido se está innovando ya que es prácticamente desconocido por el consumidor.

La producción de frutillas es otro rubro tradicional de producción de la familia, manejándose con protección en túneles. La variedad Cristal es la preferida; mientras que en un área de 1100 metros cuadrados se produce en invernáculos tomate americano y perita, lechugas mantecosa y crespa, espinacas, acelgas, etc.

En el área comercial, siempre fue el objetivo acercar nuestra producción al consumidor y durante más de dos décadas la venta se realizó a través de las ferias incursionando en zonas de la Costa de oro (Atlántida, Floresta, Salinas Pinamar, Parque del Plata) y luego en ciudades como Canelones, Santa Lucía, Cerrillos.

También a partir del 2002, con frutería establecida en calles Florencio Sánchez y J. Suárez de la ciudad de Canelones, lugar en el cual hoy permanecemos con la presencia y dirección de nuestros hijos.

Por otro lado, siempre nos motivó una actitud de porteras abiertas, con el objetivo de mostrar lo que se hace y cómo se hace en la producción productiva, para tratar de obtener un producto sano y confiable destinado a nuestros potenciales consumidores.

Es así que participamos durante más de una década en el Día del Patrimonio, abriendo nuestras puertas,para todos aquellos que se interesan por este tipo de propuesta, nada común en esta área.

En el año 2004, con motivo de cumplir los cincuenta años dedicados a la producción de alimentos, por parte de nuestras familias, acercamos mediante contratación de transporte gratuito, a nuestros clientes a la granja.

Otra de las actividades que más nos enorgullece es ser participante activo y fundador del Grupo de Turismo Rural Senderos Santa Lucía.

Toda esta innovadora experiencia nos permite compartir con entrañables compañeras y compañeros y vivir jornadas memorables.

Es una oportunidad única de recibir personas que no conocemos y poder mostrar y trasmitir nuestras vivencias de la ruralidad.

Para gente que normalmente está hacinada en la ciudad y que descubre a través de un lenguaje sencillo, pero cargado de amor y sentimiento, lo que hacemos todos, desde el lugar en que nos ha tocado en esta sociedad y modestamente lo que hemos creado o realizado.